la literatura como el arte, se expresan como formas de conocimiento donde no se ofrece un significado especifico, sino dentro de cada contexto y situación.
martes, 21 de octubre de 2014
Nietzsche y el sufrimiento
Quiero compartir con ustedes una ayuda audiovisual que me ayudo mucho a entender el pensamiento de Nietzsche, para quien el sufrimiento es necesario para lograr lo que queremos y para valorarlo de verdad.
viernes, 17 de octubre de 2014
JEAN PAUL SARTRE
Jean-Paul Sartre
Filósofo y escritor francés. Precoz lector de los clásicos franceses, en 1915 ingresó en el liceo Henri IV de París y conoció a Paul Nizan, con quien inició una estrecha amistad. Al año siguiente, el segundo matrimonio de su madre (considerado por Jean-Paul como «una traición») lo obligó a trasladarse a La Rochelle; hasta 1920 no regresó a París.
Tras cumplir el servicio militar, empezó a ejercer como profesor de instituto; en 1933 obtuvo una beca de estudios que le permitió trasladarse a Alemania, donde entró en contacto con la filosofía de Husserl y de Heidegger. En 1938 publicó La náusea, novela que pretendía divulgar los principios del existencialismo y que le proporcionó cierta celebridad, al tiempo que se convertía en símbolo de aquel movimiento filosófico. Movilizado en 1939, fue hecho prisionero, aunque consiguió evadirse en 1941 y regresar a París, donde trabajó en el liceo Condorcet y colaboró con A. Camus en Combat, el periódico de la Resistencia.
En 1943 publicó El Ser y la Nada, su obra filosófica más conocida, versión personal de la filosofía existencialista de Heidegger. El ser humano existe como cosa (en sí), pero también como conciencia (para sí), que sabe de la existencia de las cosas sin ser ella misma un en sí como esas cosas, sino su negación (la Nada).
jueves, 16 de octubre de 2014
Pablo neruda
Pablo Neruda
(1904-1973)
Neftalí Ricardo Reyes Basoalto (quien escribiría posteriormente con
el seudónimo de Pablo Neruda). Nació en Parral el año 1904, hijo de
don José del Carmen Reyes Morales, obrero ferroviario y doña Rosa
Basoalto Opazo, maestra de escuela, fallecida poco años después del
nacimiento del poeta.
En 1927 comienza su larga carrera diplomática cuando es nombrado
cónsul en Rangún, Birmania. En sus múltiples viajes conoce en Buenos
Aires a Federico García Lorca y en Barcelona a Rafael Alberti.
En 1935, Manuel Altolaguirre le entrega la dirección a Neruda de
la revista Caballo verde para la poesía en la cual es compañero de
los poetas de la generación del 27. Ese mismo año aparece la edición
madrileña de Residencia en la tierra.
En 1950 publica Canto General, texto en que su poesía adopta una
intención social, ética y política. En 1952 publica Los versos del
capitán y en 1954 Las uvas y el viento y Odas elementales. En 1958
aparece Estravagario con un nuevo cambio en su poesía. En 1965 se
le otorga el título de doctor honoris causa en la Universidad de
Oxford , Gran Bretaña. En octubre de 1971 recibe el Premio Nobel
de Literatura.
Muere en Santiago el 23 de septiembre de 1973 . Póstumamente se
publicaron sus memorias en 1974, con el título Confieso que he vivido.
(1904-1973)
Neftalí Ricardo Reyes Basoalto (quien escribiría posteriormente con
el seudónimo de Pablo Neruda). Nació en Parral el año 1904, hijo de
don José del Carmen Reyes Morales, obrero ferroviario y doña Rosa
Basoalto Opazo, maestra de escuela, fallecida poco años después del
nacimiento del poeta.
En 1927 comienza su larga carrera diplomática cuando es nombrado
cónsul en Rangún, Birmania. En sus múltiples viajes conoce en Buenos
Aires a Federico García Lorca y en Barcelona a Rafael Alberti.
En 1935, Manuel Altolaguirre le entrega la dirección a Neruda de
la revista Caballo verde para la poesía en la cual es compañero de
los poetas de la generación del 27. Ese mismo año aparece la edición
madrileña de Residencia en la tierra.
En 1950 publica Canto General, texto en que su poesía adopta una
intención social, ética y política. En 1952 publica Los versos del
capitán y en 1954 Las uvas y el viento y Odas elementales. En 1958
aparece Estravagario con un nuevo cambio en su poesía. En 1965 se
le otorga el título de doctor honoris causa en la Universidad de
Oxford , Gran Bretaña. En octubre de 1971 recibe el Premio Nobel
de Literatura.
Muere en Santiago el 23 de septiembre de 1973 . Póstumamente se
publicaron sus memorias en 1974, con el título Confieso que he vivido.
martes, 7 de octubre de 2014
Gibrán Jalil Gibrán y Friedrich Nietzsche y sus profetas
Gibrán nació el seis de enero del año 1883, en “Bsharri”; un pueblo situado en el norte montañoso del Líbano. Sus padres eran dos personas humildes. Su padre trabajaba como pastor para uno de los feudales y cobraba tan poco que no era suficiente para una familia de seis personas. El padre era alcohólico y fumador. La madre decidió emigrar solamente con sus hijos a Boston (Estados Unidos) para buscarse la vida. La relación entre el matrimonio estaba mal y a causa de esto, el padre no emigró con su familia. Era un hombre con mal humor y la relación con su hijo no era buena. Castigó a Gibrán muchas veces por cosas que no merecían el castigo y esto causó un profundo odio en Gibrán hacia su padre, repercutiendo negativamente en su carácter y rebelándose más tarde en su escritura contra las autoridades dictatoriales. La inclinación y el acercamiento de Gibrán hacia su madre era muy clara porque ella era su único recurso de cariño debido a la carencia de afecto del padre. Él era el hijo predilecto de ella, por eso, Gibrán creció como un joven que adoraba la libertad. Además, su madre apoyaba su gusto artístico desde pequeño y le contaba cuentos e historias(Skeik 1970: p.14). Hay que mencionar que su madre era hija de un clérigo, por eso acompañaba a su hijo a la Iglesia para escuchar las ceremonias religiosas, para fortalecer su fe y plantar en su pequeño corazón el amor de Jesucristo.
Su literatura y sus obras.
Después de mostrar la vida de Gibrán, vamos a hablar sobre su vida literaria que abarca dos épocas:
A- Desde 1905 hasta 1918: Época de su escritura en lengua árabe. Escribió cinco libros: La Música (1905, Las Ninfas del Valle (1906), Espíritus Rebeldes (1909, Alas Rotas (1912), y Lagrima y Sonrisa (1914). Unos años más tarde escribió sus últimas obras árabes, durante los primeros años de la segunda época. Las obras son: Al-Mawakeb (Las Caravanas) (1919) y dos grupos de ensayos que fueron publicados en los periódicos. El primer grupo fue recogido en su libro Las Tempestades (1920) y el segundo grupo en Maravillas y Novedades (1923).
B- Desde 1918 hasta 1931: Durante esta época, Gibrán escribió ocho libros en inglés, publicó seis de ellos en vida: El Loco (1918), El Precursor (1920), El Profeta (1923), Arena y Espuma (1926), Jesús Hijo del Hombre (1928), Las Divinidades de la Tierra (1931). Las obras El Vagabundo (1932) y El Jardín del Profeta (1933), fueron publicadas después de su muerte. La primera estaba lista para imprimir, mientras que la segunda fue recogida de sus libritos y papeles por su amiga Barbara Young que añadió sus propias ideas y algunas ideas de Gibrán escritas en sus obras árabes.
Gibrán utilizó muchos estilos para explicar sus ideas y pensamientos como los cuentos cortos, el proverbio, la meditación y sobre todo, un estilo influido por el Antiguo y el Nuevo Testamento. Este último estilo destaca claramente en su obra maestra El Profeta. La filosofía de Gibrán estuvo influenciada por la “empatía” de Emerson durante su vida en Boston (Al-Admah 1987: pp.251-273). Otras influencias fueron el “panteísmo” y la fuerza constructiva del amor. Sobre todo, Gibrán se consideraba a sí mismo un mensajero y en casi todas sus obras inglesas quería entregar su mensaje al lector. En su obra El Profeta, creía profundamente en el poder del amor y de la tolerancia para curar las enfermedades de la humanidad. Gibrán estuvo influído por las ideas de los Sufís y del gran poeta británico William Blake. Esta influencia aparece en algunas de sus obras, especialmente en Las Divinidades de la Tierra, y Jesús el Hijo del Hombre
El Profeta.
A. El concepto de “profecía” según Gibrán.
En la conclusión de su obra Lágrima y Sonrisa, Gibrán declara: “Vine para decir una palabra y la diré. Y si la muerte llega antes de articularla, la dirá la mañana” (Gabra 1994: p.413). Pero, ¿Qué podía ser esta palabra sino el mensaje de la profecía que Gibrán quería entregar a todo el mundo y que entregó sinceramente a través de su obra maestra El Profeta, que fue publicada en 1923 . Esta declaración de Gibrán durante la segunda fase - que hemos demostrado anteriormente - tiene más de un sentido en el pensamiento Gibraní y en su realidad. Por un lado, es una prueba clara sin duda de que las obras completas de Gibrán brotan de un pensamiento profético puro, o sea, está claro que el pensamiento profético era el eje básico en sus obras; por otro lado, es una señal de que en aquella fase los componentes de la profecía no estaban completos en su pensamiento y por lo tanto, Gibrán debería esperar casi diez años más hasta completar en su mente la imagen de su nuevo “profeta”.
Gibrán quería mostrarse a sí mismo como un nuevo profeta para la humanidad torturada y empezó a hablar con el acento y el estilo profético para fomentar la fe de la gente. Es su presentación como profeta. Quizás su pensamiento es raro, pero como sabemos que es un hombre del árabe oriental, donde la profecía llegó a ser el rasgo distintivo de esta zona del mundo, hay que tener en cuenta que las religiones divinas fueron rebeladas a través de la inspiración a los profetas de aquella zona. Así pues, la profecía llegó a ser una tradición árabe autentica en el folklore, en el pensamiento semítico y en el pensamiento de los árabes especialmente. Gibrán conocía las dimensiones de esta idea, además en uno de sus artículos dijo que la ambición de todo oriental es ser profeta, mientras que la ambición del ruso es ser santo, la del alemán es la conquista, la del francés ser artista y la del inglés ser poeta.
jueves, 2 de octubre de 2014
La autobiografía de García Márquez ''es un clásico'', dice Mutis
Siempre será un libro instalado en el presente, así pasen los siglos", agregó al diario "El Tiempo" Alvaro Mutis, uno de los mejores amigos de García Márquez y recientemente galardonado con el Premio Cervantes.
La publicación de "Vivir para contarla" ha desatado una gran expectación en Colombia, donde "Gabo", uno de los máximos exponentes del realismo mágico, es un símbolo.
La aparición de las memorias del Nobel de Literatura de 1982 estuvo precedida de un gran "misterio" sobre su contenido, pero hoy se convirtió en el tema del día y seguramente del año para los medios de comunicación, especialmente los impresos, que dedican sus portadas y una gran cobertura a la obra.
"Inicialmente está todo el esplendor de 'Cien años de soledad', el retorno a las cosas de adolescencia, el recuerdo de los años de infancia con su abuelo en Aracataca", aseguró el poeta y ensayista colombiano William Ospina, la primera persona que, a petición de García Márquez, leyó el original de la obra. "Es un libro muy hermoso que tiene grandes virtudes", añadió Ospina, quien admitió que en las memorias de "Gabo" los lectores podrán "encontrar y descifrar el nacimiento de algunos de sus personajes".
Unos 5.000 ejemplares de la obra serán entregados con el autógrafo del Premio Nobel a los suscriptores de la revista Cambio, de la cual es socio.
En uno de los apartes de "Vivir para contarla", García Márquez cuenta que a los trece años fue a cobrar unas deudas de la farmacia de su padre a un burdel y le recibió una mujer que le hizo entrar y a la postre se convirtió en su primera experiencia sexual.
"A medida que me acercaba, su respiración afanada iba llenando el cuarto como una creciente de río, hasta que pudo agarrarme del brazo con la mano derecha y me deslizó la izquierda dentro de la bragueta. Sentí un terror delicioso", narra "Gabo" al respecto.
En el capítulo quinto de su nueva obra, García Márquez cuenta cómo vivió el famoso "Nueve de abril de 1948", cuando asesinaron al caudillo Jorge Eliécer Gaitán, uno de los hechos más importantes en la historia de Colombia.
Este episodio también le permitió conocer ese mismo día al presidente de Cuba, Fidel Castro, quien habría de convertirse en otro de sus mejores amigos.
"La vida no es lo que uno vivió, es lo que uno recuerda", dice la primera frase de la autobiografía de García Márquez, cuya primera edición tendrá un millón de ejemplares que serán distribuidos prácticamente en todo el mundo a partir del próximo jueves.
La publicación de "Vivir para contarla" ha desatado una gran expectación en Colombia, donde "Gabo", uno de los máximos exponentes del realismo mágico, es un símbolo.
La aparición de las memorias del Nobel de Literatura de 1982 estuvo precedida de un gran "misterio" sobre su contenido, pero hoy se convirtió en el tema del día y seguramente del año para los medios de comunicación, especialmente los impresos, que dedican sus portadas y una gran cobertura a la obra.
"Inicialmente está todo el esplendor de 'Cien años de soledad', el retorno a las cosas de adolescencia, el recuerdo de los años de infancia con su abuelo en Aracataca", aseguró el poeta y ensayista colombiano William Ospina, la primera persona que, a petición de García Márquez, leyó el original de la obra. "Es un libro muy hermoso que tiene grandes virtudes", añadió Ospina, quien admitió que en las memorias de "Gabo" los lectores podrán "encontrar y descifrar el nacimiento de algunos de sus personajes".
Unos 5.000 ejemplares de la obra serán entregados con el autógrafo del Premio Nobel a los suscriptores de la revista Cambio, de la cual es socio.
En uno de los apartes de "Vivir para contarla", García Márquez cuenta que a los trece años fue a cobrar unas deudas de la farmacia de su padre a un burdel y le recibió una mujer que le hizo entrar y a la postre se convirtió en su primera experiencia sexual.
"A medida que me acercaba, su respiración afanada iba llenando el cuarto como una creciente de río, hasta que pudo agarrarme del brazo con la mano derecha y me deslizó la izquierda dentro de la bragueta. Sentí un terror delicioso", narra "Gabo" al respecto.
En el capítulo quinto de su nueva obra, García Márquez cuenta cómo vivió el famoso "Nueve de abril de 1948", cuando asesinaron al caudillo Jorge Eliécer Gaitán, uno de los hechos más importantes en la historia de Colombia.
Este episodio también le permitió conocer ese mismo día al presidente de Cuba, Fidel Castro, quien habría de convertirse en otro de sus mejores amigos.
"La vida no es lo que uno vivió, es lo que uno recuerda", dice la primera frase de la autobiografía de García Márquez, cuya primera edición tendrá un millón de ejemplares que serán distribuidos prácticamente en todo el mundo a partir del próximo jueves.
miércoles, 24 de septiembre de 2014
Sobre Mutis
Quiero compartir con ustedes un poco sobre la vida de Mutis, sus obras y su amistad con el Novel de Literatuta Gabo
domingo, 21 de septiembre de 2014
El tropos del héroe trágico entre la historia
REALISMO
En esta lectura muestran como autores realistas muestran o describen la realidad social que se vive a partir de la literatura.
Son relatos muy personales y reales.
quiero compartir con ustedes un vídeo que me trasporto al tema de los héroes trágicos: Zapata y la revolución mexicana.
Carta de dos amigos¡
Por Juan Gossain
El miércoles 20 de octubre, a las nueve de la noche, sonó tres veces el timbre de la puerta.
La casa de Álvaro Mutis, en el sector de San Jerónimo, está situada en uno de los barrios más tranquilos y hermosos de México. De manera que aquella persona que estaba timbrando desesperadamente desde la calle, rompiendo en astillas el silencio de la noche, debió provocar un mohín de censura en los vecinos.
–¡Ya voy, ya voy! -gritó Mutis desde la sala, preguntándose quién podría ser el que llegara a importunar a semejante hora.
Mutis se levantó de la mullida butaca de su estudio, recostada a un muro en el que se ve la foto de un guerrillero mexicano retratado en el momento preciso de su fusilamiento, y caminó rápidamente hacia la puerta. A saltos, casi corriendo, el dueño de casa cubrió la distancia que lo separaba del jardín, llegó hasta un angosto sendero de piedras y flores, y abrió el ancho portón de hierro.
Allí, de pie bajo la fría noche mexicana, vestido con una chaqueta deportiva de cuadritos y un suéter de cuello abierto, estaba uno de sus más viejos y entrañables amigos, escritor y colombiano como él, y también residente en México.
–¡Gabito! -exclamó Mutis, asombrado, ante aquel hombre que parecía temblar de pies a cabeza. Y era cierto: Gabriel García Márquez estaba pálido y como asustado.
–¿Qué te pasa, hermano? -preguntó Mutis.
–Necesito que me escondas en tu casa- murmuró el novelista.
–¿Y esa vaina? -se extrañó Mutis-. Ya sé: peleaste con Mercedes.
–Peor, hermano -dijo García Márquez, con un gran desconsuelo-. Me acaban de dar el Premio Nobel...
Mutis se quedó con la boca abierta. Ahora el que empezó a temblar fue él.
La llamada de Estocolmo
Aquella noche del miércoles 20 de octubre de 1982 fue, sin duda, la peor que ha pasado en su vida Gabriel José García Márquez, desde cuando nació en Aracataca el 6 de septiembre de 1928 (aunque Luis Enrique, que es un hermano inmediatamente mayor, dice que Gabo no nació el 28 sino en el 27, de modo que en este momento no tendría 54 sino 55 años. “Lo que pasa -aclara Luis Enrique- es que Gabito se quita un año, pero no por vanidad sino por razones históricas: dice que nació el 28 para que su venida al mundo coincida con el hecho más terrible de la historia de Colombia y el que más lo ha impresionado: la matanza de las bananeras”.
Álvaro Mutis tomó a García Márquez del brazo, lo hizo entrar, cerró la puerta y regresaron al estudio. El anfitrión sirvió whisky en dos vasos. Gabito bebió un trago largo.
–Ahora sí, cuéntame el cuento -le dijo Mutis, tranquilizándolo, y sentándose frente a él.
–Me llamó Pierre Shoris... -comenzó a decir Gabito.
–¿Quién es ese? -interrumpió Mutis.
–El viceministro de Relaciones Exteriores de Suecia -explicó Gabo-. Es amigo mío y me dijo: ‘Tienes que venir a Estocolmo el 11 de diciembre, pero con frac’.
¡Mierda! -exclamó Mutis, sorprendido.
–Lo malo -se quejó el novelista- es que el premio solo lo anuncian mañana por la mañana.
El autor de Cien años de soledad miró a su mejor amigo con la angustia pintada en el rostro.
–Estaba desesperado -recuerda Mutis-. No sabía qué hacer hasta que amaneciera. Los nervios se lo estaban comiendo.
–Voy a llamar a Mercedes -dijo Gabo, con decisión, poniéndose de pie-. De pronto me llaman a la casa y la cogen de sorpresa.
Habló con su mujer, Mercedes Barcha Pardo, descendiente de un egipcio que fue dueño de una farmacia en Magangué. Colgó el teléfono.
Al regresar a la sala, García Márquez sintió que se le había dañado el estómago. El susto, la impresión, el miedo estaban haciendo estragos en su organismo.
–Lo mejor es que regreses a tu casa -le aconsejó Mutis-. Imagínate lo que pasaría si te llaman de la Academia Sueca y no te encuentran.
A las seis de la mañana del jueves -siete de la mañana, hora de Colombia- sonó el teléfono. García Márquez, que no había podido dormir desde su regreso de la casa de Mutis, y que se había pasado la noche entera dando vueltas en la cama, pegó un salto. Extendió la mano, pero ya Mercedes, que había sido enterada de lo que estaba ocurriendo, había levantado la bocina. Oyó una voz que le hablaba en francés.
–Te llaman de Estocolmo -le dijo suavemente a su marido.
Gabito tomó el auricular. Dio los buenos días y dijo: “Gabriel García Márquez, a la orden”.
Mercedes, sentada sobre sus piernas en el colchón, lo miraba. Gabito solo emitía monosílabos: “Sí, claro”, “cómo no”, “entiendo”. Hablaba en francés. Dos minutos después colgó el aparato. Tenía una sonrisa en los ojos. Miró a su mujer, que no le quitaba la vista de encima.
–Nos ganamos el Premio Nobel -le dijo.
Mercedes, una hermosa mujer que tiene facciones como las que se ven en los retratos de la diosa Semíramis, con el pelo negro larguísimo sobre los hombros, se abrazó a él. No dijeron ni una sola palabra.
Minutos después, marido y mujer se reunían en el comedor de la casa con su hijo Rodrigo -23 años, licenciado en Letras de la Universidad de Harvard- y con Ubalda, una muchacha mexicana que es la empleada doméstica. Ubalda es tan inteligente y de tanta confianza, que los García Márquez han registrado su firma en los bancos para que ella gire los cheques y maneje los asuntos de la casa cuando ellos salen de viaje.
Gabito habló con su familia.
–En esta casa no ha pasado absolutamente nada -dijo el ganador del Premio Nobel-. La vida va a seguir igual. Yo no voy a cambiar y sé que ustedes tampoco.
–¿Qué vamos a hacer hoy? -preguntó Rodrigo.
–Lo que cada uno de nosotros tenía planeado -respondió su padre-. Yo me voy ahora al taller a recoger el carro que están arreglando. Va a llamar mucha gente y van a venir periodistas del mundo entero. Hay que atenderlos a todos, pero aquí la vida será la misma.
Buscando amigos en el aeropuerto
Gabito se quitó la piyama, que en realidad es una especie de sudadera de atleta enrazada con overol de mecánico, y se vistió rápidamente. En el momento en que se estaba poniendo los zapatos -unas botas españolas que le llegan al tobillo, y que se cierran con cremalleras- se oyó un gran alboroto en la calle.
Mercedes, pensando que era algo grave, se asomó a la ventana. Allí afuera, en el sardinel de la Calle del Fuego, en el barrio del Pedregal de San Angel, estaban unos diez periodistas que acababan de enterarse de la noticia. Eran camarógrafos de la televisión de Suecia, Finlandia e Italia. Uno de ellos sacó de su maletín de trabajo una botella de champaña y la destapó. El corcho, que hizo un gran estruendo, golpeó contra la ventana.
–¡Que salga Gabito! -gritó el de la botella dirigiéndose a Mercedes-. Queremos brindar con él.
García Márquez, conmovido, salió al antepecho de la casa. Y entonces cumplió su primera ceremonia como nobel de Literatura: se sentó en el sardinel a beber un sorbo de champaña con un grupo de reporteros. La radio mexicana estaba transmitiendo a esa hora la noticia de Estocolmo. De algunas casas vecinas se asomaron personas en las ventanas y, al ver a Gabito en la acera, lo aplaudieron. (Horas después, en la noche del jueves, los vecinos se acercaron sigilosamente a la casa de Gabo, y con una brocha y un tarro de pintura, escribieron en el piso, a la entrada del garaje: “Felicidades. Te amamos”).
En ese preciso instante, tres amigos de García Márquez salían de un hotel de Nueva York para tomar el avión que los llevaría a México. Eran el director de cine Guillermo Angulo y el presidente de RTI Televisión, Fernando Gómez Agudelo, que viajaba acompañado de su esposa, Teresa Morales de Gómez.
Los tres abordaron un taxi. Varios días antes habían hablado con García Márquez desde Estados Unidos, y le prometieron que pasarían a verlo a México antes de regresar a Colombia. Ahora, rumbo al aeropuerto Kennedy, se quedaron pasmados del asombro y de la alegría cuando el taxista prendió el radio y oyeron al locutor dando la noticia en inglés: “El escritor colombiano Gabriel García Márquez ha ganado hoy en Estocolmo el Premio Nobel de Literatura 1982” .
–Lo único malo -comentó Gómez Agudelo- es que Gabito no va poder ir al aeropuerto a esperarnos.
–No importa -agregó Angulo-. Al llegar llamamos a Mutis.
Pero cuando el avión aterrizó en la capital azteca, los tres colombianos vieron que entre los seres anónimos que esperaban a sus familiares en el enorme aeropuerto, estaba el premio nobel como un vecino cualquiera.
–No hubieras venido -le dijo Angulo, abrazándolo-. Debes tener muchos compromisos ahora.
–No seas pendejo -replicó Gabo-. En este mundo no hay Premio Nobel que valga más que mis amigos.
Un hombre sencillo y bueno
Cuando regresó a su casa, después de haber dejado a sus tres amigos en el hotel, García Márquez empezó a sentir que entonces sí estaba asustado: la calle estaba llena de transmóviles de emisoras, de cables de televisión, de reporteros y fotógrafos.
No cabe duda: es invulnerable al Premio Nobel. La inmortalidad, que se gana peleando a trompadas con la vida y abriéndose paso a punta de talento, no se le ha subido ni se le subirá a la cabeza. Será el mismo tipo alegre, bueno, con una carcajada que suena como un reguero de monedas en el pavimento.
Miren ustedes lo que hizo aquel jueves, cuando regresó a la casa, y a pesar de que su teléfono estaba inundado con llamadas del mundo entero, incluyendo China, Japón y África. Aprovechó un momento en que la línea quedó libre, y marcó una llamada directa a Caracas. Se comunicó con la casa de su entrañable amiga Soledad Mendoza, hermana de Plinio y miembro de la famosa tribu. Soledad fue la mujer que lo recibió con los brazos abiertos, hace 25 años, cuando Gabo y su mujer llegaron a buscar empleo.
Gabo le cambió la voz en el teléfono, le tomó el pelo, y luego le dijo, con una risotada:
–¡Arrodíllate, carajo, que estás hablando con el premio nobel!
Al otro lado de la línea, Soledad no podía creerlo: un amigo agradecido se acordó de llamarla el mismo día en que lo consagraban ganador del premio literario más importante del mundo.
García Márquez es así. Al día siguiente, viernes, el embajador de Colombia en México, Ignacio Umaña de Brigard, organizó una recepción en su honor en la sede diplomática. Como ocurre en estos casos, la gente se fue reuniendo en grupitos. García Márquez pasaba un minuto aquí y otro allá, saludando a los invitados, y de pronto se fue escurriendo hasta llegar a un rincón en el que se hallaban los periodistas colombianos, camarógrafos de su país, fotógrafos y reporteros. Al llegar a ellos, Gabito exclamó:
–¡Al fin estoy con la gente que buscaba!
Y se quedó el resto de la fiesta con los periodistas de su patria, haciendo bromas, echando chistes, mamando gallo.
La casa de los ‘Gabos’
Sus amigos mexicanos llaman a García Márquez y su mujer ‘los Gabos’. Viven en un sector residencial y apacible, al sur de Ciudad de México, en una vieja casona del siglo pasado que ellos compraron en ruinas y la han ido reconstruyendo poco a poco, respetando la arquitectura de la época.
El patio, que es grande y cubierto de hierba, está lleno de tiestos de flores y -naturalmente- palos de guayaba. Las paredes son de piedra y están tapadas con enredaderas y buganvilias. Al fondo del patio está el estudio donde García Márquez trabaja, rodeado de libros, cuadros, fotografías de su familia y silencio. Entre los retratos que cuelgan de las paredes hay uno solo que no corresponde a su mujer o sus dos hijos (Gonzalo, el menor, 21 años, estudia artes gráficas en París). Ese retrato es el de Álvaro Cepeda Samudio, el mejor amigo que ha tenido, muerto hace diez años. Desde su fallecimiento, García Márquez -que sufrió un colapso cardíaco al conocer la noticia- no ha regresado nunca más a Barranquilla, ciudad en la cual vivió los años más felices de su vida.
La fotocopiadora de Torrijos
El estudio es amplio, acogedor y responde a lo que García Márquez piensa: no es cierto que la miseria y las penurias sean el mejor aliado del escritor. La literatura, según dice, hay que crearla en un ambiente cómodo, con máquina de escribir fina, con teléfonos automáticos, con aire acondicionado. En los estantes se amontonan las 32 ediciones que, en todas las lenguas del mundo, se han hecho de las novelas de Gabito.
Y a un lado, recostada a la pared que comunica con el patio, está una de esas modernas máquinas fotocopiadoras, de colores naranja y blanco, tan bella que parece una pequeña nave espacial.
–¡Caracoles! -le digo a García Márquez, por hacerle una broma-. Yo sabía que era necesario tener comodidades para escribir, pero no me imaginé que fuera posible comprarse una cosa de esas.
Lejos de reírse, Gabito se pone triste. Me parece extraña su reacción.
–Si tú supieras la historia de ese aparato -me dice, con una gran melancolía-. Me lo mandó de regalo un hombre que, de estar vivo, estaría aquí ahora mismo, conmigo, celebrando esta vaina del Nobel. Era el general Torrijos.
Se le nota, sutil pero inconfundible, un dejo de dolor por el gran amigo muerto. Gabito se acomoda en su escritorio. Pide una taza de café. Ubalda le informa que afuera están esperándolo unos periodistas de Finlandia.
–Resulta que yo soy un poco desordenado -dice Gabo- y cuando escribo una cuartilla después no sé dónde la dejo: si aquí en el estudio, o allá en el dormitorio, o en la cocina. Eso me creaba muchos problemas. Varias páginas se me perdieron. De modo que, apenas terminaba de escribir, cogía la hoja y me iba a una tienda que hay aquí, en la esquina de mi calle, y le sacaba una copia. Pero los viajes a la tienda eran muy fatigosos porque tenía que hacer cola detrás de estudiantes, de secretarias, de un montón de gente que andaba en lo mismo.
Un día, hablando de menudencias de la vida con el general Omar Torrijos en Panamá, el general le pidió a Gabo que le dijera cómo era un día de trabajo suyo. Entre las cosas que le contó, el novelista le echó el cuento de la cola en la tienda para hacer copias.
–Como una semana después -rememora Gabito- timbraron a la puerta de mi casa. Ubalda abrió y vino a decirme: “Hay unos señores que traen una caja para usted”. Recibimos el paquete, lo abrimos... y era esta fotocopiadora que Torrijos me mandaba de regalo.
No le digo ni una palabra, ni le hago una sola pregunta: a la gente, aunque se trate de tipos tan buenos y alegres como este premio nobel, hay que darles silencio cuando están sufriendo por dentro con el dolor de sus amigos muertos. Hay que hacerlo, aunque se trate de un hombre tan sencillo como este escritor que, cuando habla por teléfono con sus amigos de Colombia, solo les pide dos cosas: que le manden a México unas cajitas de bocadillos veleños y unas cuantas bolsas de café.
Nota: este artículo fue publicado por SEMANA en su edición correspondiente a la entrega del premio Nobel de 1982.
* Juan Gossaín, enviado especial de SEMANA a México, compartió con García Márquez las primeras emociones del Premio Nobel.
Por Juan Gossain*
La historia de cómo le cambió la vida al escritor, que entonces vivía en México, a partir de la publicación de ‘Cien años de soledad’.
Romanticismo, posromanticismo, realismo
EN EL SIGLO XIX SURGEN OTRAS FORMAS DENTRO DEL POSROMANTISISMO
- PARNASISMO: movimiento literario francés de la segunda mitad del siglo XIX , creado como reacción contra el romanticismo de Víctor Hugo, el sujetalismo y el socialismo artistico.
para ellos no es ética, política, economía ni filosofía.
- SIMBILISMO: es un manifiesto literario, se plantea como enemigo de la enseñanza, de la declamación y la descripción objetiva.
tiene raíces colombiana con José Asunción Silva.
- DECANDETISMO: reflejo de la transición de la economía basada en la libre recurrencia de la economía, basada en el libre mercado a la economía de las masas populares.
- se comienza a preocupar por cuestiones sociales.
- de este movimiento salen los poemas malditos: yo soy el imperio al fin de de la decandencia (Paul Verlaine)
sexo en el 69
El beso por Anne Sexton
Mi boca florece como un corte.
Me maltrataron todo el año, tediosas
noches, nada en ellas sino hombros ásperos
y delicadas cajas de Kleenex diciendo ¡llorá amor,
amorcito, llorá, idiota!
Hasta ayer mi cuerpo no servía.
Ahora se despedaza hacia sus esquinas cuadradas.
Se arranca el atuendo de la virgen María, nudo a nudo
y mirá – ahora está borrachísimo con estos cerrojos eléctricos.
¡Zing, una resurrección!
Una vez fue un bote, con demasiada madera
y sin trabajo, sin agua abajo suyo
y necesitando una mano de pintura. No era más
que un conjunto de tablas. Pero tú lo levantaste, lo encordaste.
Ha sido elegido por ti..
Mis nervios están encendidos. Los oigo como
instrumentos musicales. Donde había silencio
los tambores, las cuerdas están tocando, incurables. Tú hiciste esto.
Puro genio trabajando. Querido, el compositor ha entrado
en el fuego.
adaptaciones de la novela Alicia en el país de las maravillas
ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS
Quiero compartir con ustedes dos trailer de adaptaciones de este libro fascinante, que en lo personal son los que mas me llamaron la atención.
- Tideland: esta es el traile de la adaptación de la novela Alicia en el país de las maravilla, escrita por el lógico matemático, fotógrafo y novelista Lewis Carrol y publicada en 1865.
- Alicia en el país de las maravillas: adaptación en 3D realizada por Tim Burton, con Mia Wasikowska como Alicia y con la participación de Jhonny Depp como el sombrerero.
jueves, 18 de septiembre de 2014
Lewis Carrol y Alicia en el país de las maravillas
Fue un lógico, matemático, fotógrafo y novelista británico. Trabajo como docente y colaborador de revistas cómicas y literarias, adoptando el seudónimo por el que sería universalmente conocido.
En 1862, en uno de sus habituales paseos con la pequeña Alice Liddell y sus dos hermanas, a quienes les relató una historia fantástica: "las aventuras subterráneas de Alicia". El libro se publicó en 1865, con el título de " Alicia en el país de las maravillas el cual el mismo costeo y y que fue un éxito, lo que lo llevo a publicar la continuación de la obra titulada, A través del espejo y lo que Alicia encontró allí en 1871
La película es una combinación de fantasía, disparate y absurdo, juntó a las incisivas paradojas lógicas y matemáticas, permitieron que la obra se convirtiera en clásicos de la literatura infantil y en inteligentes sátiras Morales, llenas de apuntes filosóficos y lógicos, aunque es claro que esto es para un público adulto y atento.
Carrol también escribió poesía con elementos fantásticos.
En 1862, en uno de sus habituales paseos con la pequeña Alice Liddell y sus dos hermanas, a quienes les relató una historia fantástica: "las aventuras subterráneas de Alicia". El libro se publicó en 1865, con el título de " Alicia en el país de las maravillas el cual el mismo costeo y y que fue un éxito, lo que lo llevo a publicar la continuación de la obra titulada, A través del espejo y lo que Alicia encontró allí en 1871
La película es una combinación de fantasía, disparate y absurdo, juntó a las incisivas paradojas lógicas y matemáticas, permitieron que la obra se convirtiera en clásicos de la literatura infantil y en inteligentes sátiras Morales, llenas de apuntes filosóficos y lógicos, aunque es claro que esto es para un público adulto y atento.
Carrol también escribió poesía con elementos fantásticos.
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